Por María Inés Gómez
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27 de marzo de 2020
Estamos viviendo un momento increíble en el que todos nos preguntamos cómo estar en esto de la mejor manera, verdad? Hay miles de respuestas y muchas maneras posibles, tantas como personas y situaciones particulares de vida, esto se ve más que nunca. Llevo días dejándome sentir cómo contribuir públicamente, como pronunciarme respecto a lo que vivimos, y no porque haga falta, sino por aclararme a mí misma y compartir. Para mí, en lo privado es un desafío de conciencia y aceptación de la montaña rusa de estados que se presentan día a día. En lo profesional está muy claro para mí hace tiempo que mi misión es acompañar, sostener, ayudar todo lo que me sea posible. Esta actitud y esta claridad sostiene a mí misma y ayuda a sanar a otros, y eso es lo que estoy haciendo. En la medida que sea hacer el cambio de sesiones presenciales por online, y viendo/sintiendo muy buenos resultados. El corazón es capaz de transmitir más allá del límite de la pantalla. Ante esta situación tan excepcional me he encontrado con una forma sofisticada de exigencia y quiero decir algo sobre ello. Es verdad que toda crisis es una oportunidad de cambio, que puede dirigirse hacia algo mejor o peor. La dirección y el resultado podremos verlo a mediano o largo plazo. Lo difícil es el proceso. Y es importante tener en cuenta que el final no existe, porque siempre estamos en camino hacia alguna parte. Estamos siendo inoculados por el virus del pánico y la crueldad a través de los medios, que nada saben de compasión ni sensibilidad. Lo que significa que sentimos miedo, la muerte genera miedo, la enfermedad y la incertidumbre también lo alimentan. No hay antídotos para esto, hay procesos, hay conciencia, hay recursos, si . Pero en el miedo estos recursos se esconden. Dependiendo de la situación laboral, personal, económica y familiar hay miles de experiencias diferentes. En la mayoría de las cuales es muy difícil encontrar calma, serenidad o disfrute de esta “oportunidad”, para hacer cosas pendientes, reflexionar o hacer orden o nuevos planteamientos de vida. Activando mis recursos como Psicoterapeuta Corporal, lo que me doy a mí misma es Permiso . Y te sugiero que lo pruebes. Permiso para sentir lo que sea que sientas, permiso para percibir sensaciones, permiso para desesperarse, para tener miedo, para alegrarse por la primavera, por una caricia, para sentir el agobio de la muerte que nos toca profundamente, permiso para la soledad y el aburrimiento, la apatía, para el yoga y el baile, para comer, cocinar y dormir. Permiso para saber lo que sucede, o para no saber. Permiso para conocer lo que hay en ti, en tu cuerpo, tus emociones y pensamientos. Todo este permiso ayudará a que en el cuerpo queden las menores secuelas posibles. Porque la emoción (la que sea) pasará, porque el miedo pasará, la pandemia pasará, el confinamiento también pasará. Porque lo desagradable, difícil, lo bonito, también pasará. Y seguiremos adelante. Mi sugerencia es que No te esfuerces, no reprimas, no te exijas, recibe lo que sientas, lo que notes, lo que pienses, alimentando lo menos posible cada una de estas percepciones para que puedan fluir y transformarse por sí mismas en otro estado, en lo que sea que se transformen. Para que cambien, se transformen, se unan y se separen, y te ayuden a regularte, a saber lo que necesitas y atenderlo, si puedes, o cuando puedas. Para sentir miedo, rabia, horror, pena, alegría…o nada de nada. Esto es fluir. Esto es la vida. La filosofía budista, en algunas de sus vertientes, nos enseña esto hace miles de años. Recibe, siente, deja ir, sé consciente, no dejes que tu mente controle todo, no intentes llevar todo siempre a un sitio determinado. “Cuando todo se derrumba y estamos al borde de no se sabe qué, la prueba para cada uno de nosotros es permanecer en ese punto y no concretar. El camino espiritual no consiste en tratar de llegar al cielo y acabar accediendo a un lugar magnífico” Pema Chödrön. (Cuando todo se derrumba) Y si ves que nos puedes, no sabes, no tienes fuerzas, pide ayuda. Te ayudaremos a que las recuperes y encuentres tu mejor manera de transitar lo que te suceda. Aquí estamos. Y somos muchos!