Este nuevo curso 2018/19 sigue viniendo con transformaciones y cambios. He decidido recuperar un ámbito de mi hacer terapéutico que estaba momentáneamente en espera. Y probablemente suene raro, pero me he dado cuenta que necesito retomar la maravillosa experiencia de dar masajes.
Durante 20 años de mi vida una de las fuentes de gratificación, silencio y contacto para mi nutrición personal, y en mi hacer profesional, fue dar masajes. Resulta para mi un regalo tener la posibilidad de entrar en tan profundo espacio de silencio, entrega y comunicación conmigo misma y con el otro.
Para los que aún no lo sabéis, mi primer libro se titula "Del Silencio a la Luz" Un camino de crecimiento sin atajos,
lo que os puede dar una idea de lo importante y nutritivo que es para mí el silencio, un espacio de descanso, regeneración y contacto conmigo misma. En este espacio de actitud meditativa y contacto, el silencio me ayuda a contactar con el otro. Este es el estado interno necesario para entrar en contacto con la otra persona, la que recibe el masaje. En el encuadre de una sesión de masaje, lo importante es entregarse con amor a las necesidades de la persona que recibe el masaje.
¿Te imaginas las suaves olas del mar recorriendo tu cuerpo una y otra vez, mientras tu recibes su suave vaivén en la piel, durante mas de una hora? Eso es un masaje regenerador y relajante.
Hay una descripción del masaje que me gusta mucho, de Gabrielle Roth, la creadora de los cinco ritmos, que dice:
" Al seguir la forma corporal de la conciencia con masajes fluidos y amorosos, comunicamos un mensaje que todos necesitamos oír y sentir una y otra vez: Estás bien. Eres perfecto a tu manera"
Experimentar una forma de contacto humano en situación de quietud, y recibir atención y cuidado, ayuda a reparar viejas heridas, imprimiendo una experiencia sensorial asociada a la confianza y la seguridad.
Si miramos la experiencia desde el punto de vista biológico, sabemos que en el contacto físico se producen hormonas,
como la oxitocina,
la hormona del apego y la vinculación emocional que nos hace sentir tranquilidad y seguridad.
Las experiencias de contacto físico hechas con conciencia y corazón poseen una gran capacidad sanadora.
Y esto se debe a que podemos imprimir, a través de los receptores sensoriales del sistema nervioso que se encuentran en la piel, una nueva información en nuestro cerebro.
La experiencia se contacto se convierte de esta manera, en una reparación de las antiguas experiencias de abandono o carencia. Todos tenemos anhelo de otra piel con la que hacer contacto que nos ayude a sentir conexión y sostén.
¿Y cuál es la relación de esta experiencia con la epigenética de Bruce Lipton?
Si recordamos lo que explica B. Lipton sobre la importancia de la membrana plasmática de la célula para controlar la expresión de nuestros genes, y llevamos este principio a nuestra piel, que es la membrana que recubre nuestro cuerpo en su totalidad y la que recibe los estímulos del exterior a través del sistema nervioso, podemos inferir que la vida emocional que llevamos puede modificar la expresión de nuestros genes.
El gran aporte de la epigenética es confirmar que no somos esclavos de nuestro genoma, que nuestra salud puede ser modificada por nuestras experiencias de vida y acciones, como la alimentación, las emociones y la seguridad que elegimos para nuestra vida.
Está muy comprobado, y probablemente lo habéis experimentado, que un contacto suave, delicado, y el movimiento de las zonas de nuestro cuerpo que activan las cualidades de soltar, de ser calmado y tranquilizado despiertan el lado suave de la experiencia humana.
Y este mensaje de seguridad y confianza llega profundamente a nuestro cerebro, nuestro corazón y nuestra esencia.
Te sugiero que te permitas incluir en tu vida este tipo de sensaciones y sentimientos tan beneficiosos para tu salud con cierta regularidad. Notarás la diferencia en tu bienestar.
Estoy segura que ahora comprenderéis mejor mi gusto y placer de retomar las sesiones de masaje para vivir y compartir esta experiencia sanadora. Mi hacer se ha nutrido de muchas fuentes en este tiempo de impasse y pondré mi nueva experiencia al servicio de vuestra salud.
Por lo que os invito a experimentar un masaje profundo y reparador. Estará disponible los días
Viernes, cada quince días. Dos viernes al mes.
Os invito a llamar y concertar una cita al 669516730, os recuerdo que mi nombre es María Inés
, y estaré encantada de compartir la experiencia con vosotros.